Los mitos son historias maravillosas, donde los personajes tienen poderes sobrenaturales y pueden realizar hazañas increibles. Suelen tomarse como y sirreales ven para apoyar la creencia de un pueblo.
EL MITO DE LAS SIRENAS
En la mitología griega, las sirenas eran criaturas fabulosas mitad mujer y mitad pájaro, parecidas a las arpías. Eran hijas del dios río Aqueloo y de una musa que puede ser: Melpómene (tragedia), Terpsícope (danza) o Estérope (poesía). El número de estas criaturas es variable, pueden ser tres, cinco u ocho.
Las sirenas eran compañeras de Perséfone y cuando Hades la raptó, no pudieron salvarla y la diosa Deméter (madre de Perséfone), las convirtió en criaturas híbridas como venganza.Estas criaturas vivían en la isla de Artemisa, tenían forma de mujer de la cabeza a la cintura y la parte inferior, era una cola de pescado. Su canto melodioso como el de un ave, atraía a los marineros anunciándoles los placeres del mundo subterráneo engañosamente, para hacerlos zozobrar y poder comer sus cuerpos.
En la Odisea, cuenta Homero que cuando el barco de Odiseo (Ulises) pasó frente a la isla de las sirenas, hizo que la tripulación sellara sus oídos con cera, para que no escucharan el canto de las criaturas. Pero Odiseo tenía gran curiosidad por oír su voz, para lo que ideó un plan, se hizo atar al mástil del barco y exigió que no le permitieran soltarse, sin importar lo que pasara. Ante el fracaso sufrido, las sirenas se lanzaron al mar y murieron ahogadas.
Fuera de la ficción, tenemos testimonios de navegantes que afirman haberse encontrado con estos seres mitológicos, entre ellos, Cristóbal Colón, quien testimonia en un escrito de 1493, que había visto una sirena frente a las costas de lo que actualmente es la Florida. En su testimonio comenta que las sirenas no son tan hermosas como cuenta la mitología y que sus rostros tenían formas de hombre.
El explorador John Smith declaró haber visto a uno de estos seres cuando se sumergía en las aguas del mar Caribe y que tenía el cabello largo de color verde y que era atractiva, tanto como para cautivar a cualquier hombre.
EL CASTIGO DEL ORGULLO
En el lejano reino del rey Miroslav se vivía una agitación inusual, pintores de todas partes del mundo, habían concurrido a palacio para cumplir con el enca
El joven rey había decidido casarse y para ello había recibido cuadros de princesas de todo el mundo, entre ellos, uno había cautivado su corazón. Por eso había citado a los pintores, deseaba que lo retratasen sin favorecerlo, para que la princesa no se decepcionara cuando lo conociera.
Eligió el soberano el retrato que menos le favorecía y lo hizo encuadrar en un marco de oro con perlas y lo envió con una comitiva, acompañado por una carta de petición de mano escrita por él mismo.
Tres semanas más tarde, regresó la delegación trayendo malas noticias. Pues, a pesar de que el monarca de aquel reino los había recibido con honores, la princesa Krasomila, había despreciado la petición, diciendo que el rey Miroslav no era digno de atarle la correa del zapato.
La princesa era muy orgullosa y no estaba dispuesta a aceptar como esposo a ningún hombre que no poseyera una elevada alcurnia, gran belleza física y una moral intachable. Consideraba que nadie era digno de ella y por eso no permitía siquiera que le tocaran la mano para saludarla.
El anciano rey, padre de la princesa estaba apesadumbrado por el comportamiento de su hija. Despidió a la delegación solicitándole discreción y ofreciéndose a intentar arreglar la situación.
Entonces el rey se dispuso a solucionar él mismo el contratiempo. Estuvo mucho tiempo pensando qué hacer y finalmente, su gran inteligencia lo proveyó de una idea. Partió de palacio dejando el reino en manos de sus consejeros. Luego de marchar tres días, en los confines de su reino, despidió a sus acompañantes y prosiguió con poco dinero y apenas los ropajes que llevaba puestos rumbo al palacio donde vivía Krasomila.
El rey informó a Krasomila que había tomado como jardinero a un joven brillante llamado Miroslav, el que no sólo conocía de jardinería, sino que además sabía de letras y de música. La princesa pensó que era buena idea tomarlo como su profesor de arpa, ya que el anciano profesor que tenía, había muerto. Pidió entonces ver al nuevo jardinero.
Cuando Miroslav se presentó ante la princesa, rápidamente la cautivó con sus modales y ésta quedó perdidamente enamorada.
Al día siguiente comenzaron las lecciones. Miroslav era un buen profesor y Krasomila una alumna inteligente. A medida que transcurría el tiempo, la joven se iba enamorando más y más. Hasta permitía que el profesor besara su mano para despedirse.
Un atardecer, la princesa tocaba el arpa junto a la ventana y Miroslav la contemplaba fascinado, se sintió cansada y le pidió que tocara él. El joven profesor tocó entonces una melodía que había compuesto en honor a la princesa, y lo hizo de una manera tan dulce y melodiosa, que la joven derramó una lágrima sobre la mano del joven.
Miroslav le comunicó que era la despedida, pues debía marcharse. Ante lo que la princesa le dijo que se quedara y cuando llegó su padre, el rey, le comunicó que estaba enamorada del joven y que sólo con él quería casarse.
El monarca accedió a la petición de su hija, pero le pidió que abandonara el reino, pues sería vergonzoso que supieran que estaba casada con un simple jardinero.
Los jóvenes se casaron y partieron del reino, rumbo a otro reino vecino, donde Miroslav decía tener un hermano. Allí se establecieron pobremente y subsistieron con las tareas que podían desempeñar. Trabajó la princesa en varios oficios, siempre sin perder la determinación y sin que su amor flaqueara ni un instante. El esposo, a su vez, era tierno y solícito con su mujer, siempre preocupado por sus sentimientos.
Cierto día, Miroslav le dijo que habría una fiesta en palacio por el casamiento del rey, y que allí conseguirían trabajo fácil y bien pagado.
Llegaron los esposos a palacio y Krasomila fue a ofrecerse a la cocina, donde fue tomada de inmediato. Su marido fue a buscar alguna tarea que pudiese desempeñar.
Mientras la princesa se ocupaba de los quehaceres de la comida, se topó con un caballero ricamente ataviado, que seguramente era el monarca, quien buscaba un ayudante para atarle el zapato. La joven lo miró de reojo y al ver que era el rey, se arrodilló y ató sus zapatos. El soberano agradeció y se marchó sonriendo.
Poco después, Krasomila fue llamada por el rey para agradecerle su gesto y le ofrecieron vestidos maravillosos para que asistiera a la fiesta. La princesa no pudo aceptar, pues no creía correcto asistir a la fiesta y tal vez, bailar con el rey, sin la aprobación de su esposo. Por tanto, se excusó.
Fue entonces que llegó Miroslav y reveló el secreto. Había obrado con ayuda del anciano rey, para que la princesa aprendiera a dominar su orgullo.
Cuando llegó el anciano monarca, abrazó a ambos y se mostró complacido por el resultado que aquella prueba tan amarga para la princesa.
EL MITO DE CASANDRA
Según el mito, Casandra es la hermana gemela de Héleno, hija de Hécuba y Príamo rey de Troya.Cuando nacieron los gemelos, sus padres celebraron una fiesta en el templo de Apolo Timbreo, en las afueras de Troya. Al anochecer, regresaron al hogar, pero olvidaron a los bebés en el templo. A la mañana regresaron a recogerlos, los pequeños dormían sin percatarse que dos serpientes lamían sus órganos de los sentidos para purificarlos. Esta escena provocó la desesperación de los padres, que comenzaron a gritar angustiados, ocasionando que las serpientes huyeran. De este modo, Casandra y Héleno adquirieron el don de la profecía.
La mitología no tiene una única versión acerca de la pitonisa y también le atribuyen la concesión del don a Apolo, quien se había enamorado de la joven por su gran belleza. El dios habría prometido concederle el don de la profecía, si ella aceptaba entregársele. La muchacha aceptó el trato, pero cuando estuvo iniciada en las artes adivinatorias, se negó a cumplir con su parte. Esto enfureció a Apolo, el que le escupió en la boca, retirándole el don de la persuasión, por lo que, sin importar lo que la adivina dijera, nadie podía creerle. Así pasaría sus días, viendo avecinarse las catástrofes sin poder hacer nada al respecto.
Otras versiones de la mitología, afirmaban que cada vez que Casandra emitía una profecía, Apolo tomaba posesión de ella, provocándole convulsiones terribles.
Las principales profecías de Casandra advertían sobre los peligros que su ciudad corría, y de haber sido oídas, habrían evitado los terribles sucesos que acontecieron.
La pitonisa salvó de la muerte a su hermano Paris, cuando durante su juicio lo reconoció como hijo de Príamo.
Cuando Helena llega a Troya con Paris, toda la ciudad está encantada con ella, menos Casandra, que vaticina que traerá la ruina para todos.
La joven preconizó los peligros de la introducción del caballo de madera a la ciudad, al igual que el adivino Laoconte. Pero como era natural, nadie creyó en la muchacha. Para detener a Laoconte, que sí gozaba de credibilidad, Apolo envió unas serpientes para que lo devoraran junto a sus hijos. Esto permitió que los aqueos tomaran la ciudad.
Durante el saqueo de Troya, Casandra se refugia en el templo de Palas Atenea, hasta donde es perseguida por Ayax, quien captura a la joven.
Cuando los aqueos se reparten el botín de guerra, Agamanón recibe a Casandra, de la que se enamora locamente y se la lleva de regreso a Micenas. Cuando llegan, la esposa de Agamenón, Clitemnestra, en un rapto de celos mata a su marido y a la amante, ayudada por su propio amante, Egisto.